domingo, 12 de agosto de 2018

DESDE LA VENTANA

Se despertó más pronto de lo que le hubiera gustado, inspeccionó los muebles viejos y el anticuado papel pintado de las paredes de la habitación del hotel. Intentando no hacer ruido, se levantó y se vistió. En el lavabo, notó un fuerte olor a tabaco.

- Maldita sea, Laura ha vuelto a fumar dentro de cuarto de baño otra vez - murmuró.

Desde la ventana de la habitación del destartalado establecimiento, observó, con sus cansados ojos verdes, el laberinto de calles que parecía extenderse hasta el horizonte. Un paisaje gris moteado por el azul chillón de los depósitos de agua de los tejados. Abajo, en la calle, la gente parecía ir y venir sin un propósito claro.

Se recogió en una coleta su larga melena rubia, era temprano, pero ya empezaba a hacer calor. El olor del aire anunciaba la cercanía del mar.

Su amiga todavía dormía hecha un ovillo en la cama. La noche anterior, llegaron  tarde y el largo trayecto fue duro, un montón de horas de vuelo y apenas pudieron dormir.

Por fin, se había decidido a hacer este viaje y arrastró a su amiga en la aventura. Recordó la reacción de su madre cuando le anunció su propósito.

- No sé qué esperas encontrar allí - le dijo fríamente.

Hacía años que su padre había muerto y para su madre aquellos años fueron dolorosos y se cobraron un alto precio.

Observando la ciudad, reflexionó sobre lo diferente que hubiera podido ser su vida. Así juega con las personas el destino o el azar. Tenía el pasaporte en su mano y leyó,  nacionalidad: española.

- Buenos días – le dijo  Laura que acababa de despertarse.
- Hola – respondió ella.
- ¿Qué te pasa? - le preguntó su amiga viendo su cara de tristeza.
- Nada – respondió ella secamente.

Laura estaba sorprendida, la alegría y la emoción de la noche anterior, al aterrizar en el aeropuerto y cruzar en taxi las calles de aquella ciudad,  había dado paso a una extraña melancolía.

Ella seguía delante de la ventana mirando toda aquella decadencia urbana, parecía el día después de una guerra.

Sus padres no habían querido  hablar demasiado sobre su época de juventud, pero ella tenía un montón de preguntas.¿ Qué les empujó a abandonar una vida confortable en su patria y  viajar hasta aquel país? ¿Qué sintieron cuando sus sueños se truncaron y ni siquiera pudieron regresar a su  tierra natal? ¿ Cómo rehicieron sus vidas en España lejos de los que querían?

¿A esto había quedado reducido aquel sueño? - pensaba, mientra seguía escudriñando las calles que rodeaban el viejo hotel, aquí y allá,  habían solares abandonados donde crecía una maleza de un verde exuberante, la mayoría de los edificios presentaban un estado casi ruinoso, producto de decenas de años de abandono.  El fantasma  de una ciudad que debió ser muy hermosa en sus años de esplendor.

- Valeria, vamos a desayunar – le dijo su amiga.
- Un momento – respondió ella.

¿Española? ¿argentina?, a veces sentía que no pertenecía a ningún sitio. Volvió a mirar su pasaporte, lugar de nacimiento, La Habana.